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domingo, 29 de mayo de 2011

A 42 años del Cordobazo

El 29 y 30 de mayo de 1969, trabajadores y estudiantes se adueñaron de las calles de al ciudad de Córdoba para repudiar la política económica de la dictadura de Juan Carlos Onganía, la represión y el asesinato de obreros.
Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no tengan doctrina, no tengan héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo, separada de las luchas anteriores.
La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan.
Rodolfo Walsh

¿Cuál fue el caldo de cultivo para el Cordobazo?

En 1969, Onganía había echado por tierra la Comisión del Salario Mínimo, Vital y Móvil, lo que provocó un congelamiento de los salarios; impuso el arbitraje obligatorio en los conflictos laborales y una ley de represión automática para huelgas y conflictos. Además, intervino sindicatos y suspendió sus personerías gremiales, en tanto que modificó la Ley de Indemnizaciones por despidos y aumentó la edad para jubilarse.

Relato de Patricia López, hija del "Negro" Atilio López

“Mayo de 1969 fue muy especial para Córdoba, a principios de mes ya se venía gestando en distintos sindicatos que algo iba a suceder, en especial en el sindicato que conducía mi padre, que era la UTA”. “Él ya había decretado un paro de 48 horas y cuando decía ‘paro Córdoba’ lo paraba realmente”, y añadió que “luego, los de SMATA (Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina) empezaron a hacer asambleas en distintas fábricas, y en paralelo se empezaron a reunir a los estudiantes universitarios, salían de las aulas y hacían asambleas populares.”
Así se fue gestando el Cordobazo, “mi padre se reunía en mi casa con Agustín Tosco y con René Salamanca, que eran personas muy especiales realmente, que vivían como mi padre la defensa del trabajador”.
“Un día cuando mi padre se va de casa le dice a mi madre ‘agarrá mucha ropa, llevá los chicos a la casa de tu mamá, porque no sé qué va a pasar hoy en Córdoba’. Y mi mamá le pregunta: ‘¿Vas a volver a parar Córdoba?’ ‘Sí, pero ya no solo. Se para totalmente’, le responde mi padre”.
“Por la mañana, empezaron a salir de las fábricas los trabajadores de Fiat, de Renault y de otras fábricas, además de los estudiantes, todos pacíficamente, y en un momento hay un estallido grande y empieza el enfrentamiento con la policía”. Allí donde asesinaron al obrero metalúrgico Máximo Menna.
Atilio López
“Era un simple colectivero que se dedicó a la vida gremial, y mi padre decía ‘el día que yo me muera voy a parar Córdoba’ y nosotros nos reíamos. Y efectivamente, el día que falleció (acribillado con 120 disparos el 16 de septiembre de 1974) dieron asueto durante dos días y Córdoba se paró totalmente. Fue impresionante, cuadras y cuadras de gente, cientos de coronas, fue algo muy especial el entierro de mi padre. Salimos de mi casa a las 14 y llegamos al cementerio San Gerónimo a las 23, porque lo llevaban en andas”, rememoró.
Por último, Patricia recordó el sentimiento de su padre por Perón y Evita, y aseveró que “cuando nos hablaba en la mesa, lo hacía con un énfasis impresionante, tenía admiración, sobre todo cuando se refería a Eva. Y cuando fue a visitarlo a España a Perón, mi padre le dijo ‘General si usted quiere volver, va a ser bienvenido, los obreros lo estamos esperando’”.
Fuente: "Tiempo Argentino"

sábado, 21 de mayo de 2011

REFLEXIONES

Hacer política desde un SALTO CUALITATIVO
¿A qué nos referimos con este “slogan”?
¿Qué pretendemos decir con él?
¿Qué imaginario estamos creando?
Para responder esto nosotros nos remitiríamos al 2001 y al “que se vayan todos”, entonces nos volvemos a preguntar… a qué nos referíamos jubilosos en ese grito? ¿QUÉ O QUIENES queríamos que se vayan?
Además de De la Rúa y Cavallo, hubo (creemos) una sinfonía de expectativas a través de esa frase. Algunos se referirían a la corrupción, otros a los intereses particulares en contra de los intereses de todos, otros que se destruya la política como herramienta de organización de un pueblo, otros a la transformación de una construcción política más cercana al pueblo  y más alejada de los intereses foráneos, otros, al neoliberalismo… y sigue el imaginario (si alguien se le ocurre alguna otra posibilidad podemos enriquecer esta lectura)
Entonces, dependiendo de qué es lo que sentía ese grupo o esa persona, el salto cualitativo así dicho, puede hacer referencia a una respuesta muy ambigua y nada clara para muchas personas que escuchan ese mensaje. Lo que comúnmente se dice: “habla mucho y no dice nada”.

Desde “los Morenos” quisiéramos hacer un aporte para echar luz desde nuestra perspectiva, qué sería para nosotros “un salto cualitativo”.
Sería por ejemplo sabernos herederos de las luchas de Juana Azurduy, de San Martín, de Mariano Moreno, de Felipe Varela, de Perón, de Evita, de los 30.000, de Néstor…
Sería sabernos pueblo.
Sería mantenernos coherentes con esta corriente que nos alimenta y que fluye por nuestras venas.
Sería estar atentos a las necesidades que son derechos.
Sería hacer propuestas en constante diálogo con los implicados directos afectados.
Sería que el interés de TODOS esté siempre por encima de los intereses de unas personas o de algunos grupos..
Sería hacer política desde lo humano, desde los vínculos, desde las redes liberadoras que hace que cada uno pueda sentirse parte de un todo que le devuelve su riqueza en un verdadero intercambio sin mezquindades.
La honestidad, la coherencia, la mirada de la realidad puesta siempre desde el pueblo es nuestra carta de presentación. 
Los Morenos

viernes, 20 de mayo de 2011

Sólo el amor alumbra lo que perdura!



Cuando salí de la sentencia me encontre entre abrazos con un tipo alto y flaco, que me esperaba con ojos ya emocionados, alguien nos presento y el me dijo.......cuando era joven un compañero me dio la orden de que tenia que cuidar a una nena de 1 año que a sus papas se los habian llevado desaparecidos, solo sabia que se llamaba Mariana, ni siquiera sabia quienes eran sus papas....y con muchisimo amor te recibimos en casa con mi mujer, te cuidamos y criamos como a una princesa, te comprabamos vestiditos, te llenamos de mimos, y fuiste una hija para nosotros. Al tiempo nos llego el mensaje de que teniamos que pasarte a un tal gorila (el Pato Tierno) y con muchisimo miedo y dolor (miedo porque no sabiamos que iba a pasar con vos y dolor porque eras muy chiquita y nos habiamos encariñado mucho) te llevamos a la estacion de colectivos, y aunque costo un poco que entraras en confianza con el nuevo compañero, ahi te dejamos con el.........Durante todos estos años nunca supimos que paso con vos, si estabas viva o que habia pasado.......cuando comenzo el juicio me acerque a las chicas que trabajan con el equipo de acompañantes con la foto a ver si alguien podia tener idea de quien eras, si alguien podia conocerte......ahi  me entere que eras Mariana Eva Sala (Marianita para los compañeros) la hija del Flaco Sala y Mirta Clara.
El Flaco habia sido compañero mio de prision pero yo nunca pude decirle que cuide a su hija porque no sabia que era tu papa........y hoy vine aca a buscarte, como te busco hace tantos años, para abrazarte bien fuerte porque la vida nos une una vez mas, porque el compromiso es lo que nos mantuvo vivos a los que quedamos en esta tierra y por la memoria de aquellos compañeros caidos que tanto quisimos....hoy te traigo la foto para que la puedas guardar vos y mostrarselas a tus hijos, es un inmenso honor encontrarte.......y asi nos abrazamos como si la vida volviera en el tiempo un segundo, y fueramos aquellos jovenes que nunca se separaron......
Yo le pregunte si me veía igual, me dijo que no, que el me tenia mejor cuidada bien gordita (jajaja) que ahora estaba muy flaca, le pregunte si me portaba bien y lloraba, me dijo que no, que como iba a llorar si me querian tanto y tanto me mimaban (era importante para mi saber que hacia yo en ese momento, que sentiria) pero si me aclaro que solo queria upa, como lo muestra la foto....no sea cosa que me pierda..... por las dudas parece que me agarraba bien fuerte.
Gracias tio EDGARDO por tanto amor, entrega y compromiso.
Mariana Eva Sala




Gracias Mariana!!! y Gracias Edgardo!!!

miércoles, 18 de mayo de 2011

EL ANHELO DEL AMOR Y EL MONUMENTO

A mi amigo Nestor Sala


Quien sabe por qué durante treinta años no lloré la ausencia de mi amigo como corresponde. Hasta ayer. Quizás porque pertenezco a una generación que creyó, incautamente, en los valores de cierta insensibilidad. En aquellos años (y en aquellas circunstancias) había que ser fríos, dar saltos en conciencia (que no viene a ser lo mismo que ser concientes), asumir la lucha armada….no llorar por los seres queridos….porque todo eso era entrar en el peligroso, incierto e indefinido terreno de los sentimientos. A los que veníamos de una formación humanista nos revolvía el estómago la sola posibilidad de la muerte en nuestras manos. En realidad, mas allá de algunas vanidades, me parece que a todos. Confieso que a mí me conmocionaba la mera tenencia de un arma de fuego: me costaba mucho admitir que ese instrumento de muerte nos hiciera falta. Por suerte, o no, no importa, la vida no me puso frente a esa posibilidad.
Como consecuencia del trabajo con la comunidad mataca en la Cooperativa Nueva Pompeya, en el Impenetrable del Chaco, caí preso con mis compañeros en febrero de 1975 y fuimos a parar a la Alcaidía de Resistencia, donde estuve un año, hasta que me pasaron al PEN y fui trasladado a la U7. En ese año en la Alcaidía lo conocí a Néstor Sala.
Venía de no se cuanto tiempo en el calabozo. Lo habían torturado mucho. Pero cuando lo pasaron al pabellón y se pudo reunir con nosotros, el Flaco era el tipo más feliz del mundo. Para él eso era casi la libertad. Se había recuperado de sus heridas (un bayonetazo en un costado), y tenía el humor alegre. Disfrutaba de la conversación y de la compañía, disfrutaba la risa, y por eso andaba siempre con cara de contento, a pesar de que era absolutamente conciente de que tenía dictada la más brava de las sentencias. Me acuerdo con qué voracidad se largaba al comedor, cuando daban la voz del almuerzo. Para él, que venía del calabozo; y para nosotros, los tres compañeros del Impenetrable, la comida de la cárcel estaba buenísima. Nos reíamos después de la contrariedad que nos dio (a los cuatro) dejar aquel guiso de arroz con caldo de gallina, en solidaridad con nuestros compañeros, que habían descubierto que algunos arroces tenían ojitos, y eran en realidad gusanitos.
Pero lejos de estas cosas materiales, para mi el encierro era muy traumático, y no encontraba muchas posibilidades de poner en palabras los antagonismos que me atravesaban. El Flaco lo tenía mas resuelto y podía expresar sus contradicciones con mucha soltura. Por eso las charlas con él me devolvían la alegría, la entereza, la confianza.
Como se ha dicho de Nelson Mandela, el Flaco “poseía un talento excepcional para hacer que todos aquellos con los que mantenía trato se sintieran seres excepcionales”[1]. El Flaco nos hacía sentir iguales; iguales en nuestra condición humana, iguales en necesidad de respeto, de dignidad, de confianza. Esto no era muy común en un mundo de comandantes y subordinados, de esclarecidos concientes y de “milicianos” de bajo nivel.
En ese pabellón de la Alcaidía, hacinados con presos distintos a nosotros, sin ver la luz del sol un año seguido, caminando por el pasillo común a todas las celdas, ida y vuelta, ida y vuelta para hacer ejercicio, tratando de no rozar las paredes plagadas de escupidas, imaginando en nuestros diálogos fugas imposibles, con la angustia de no saber nada de nuestra familia, los presos nos ayudábamos a vivir, nos conteníamos, nos buscábamos sentidos y tareas, nos esperanzábamos con “la victoria” y nos obligábamos a hacer ejercicios que nos mantuvieran fuertes para lo que se viniera.
Una vez, charlando con el Flaco en su celda, me contó cómo veía la que se le venía, al menos para él. Sabía que su estadía en la Alcaidía sería transitoria, y hablaba de su final de una manera que yo no comprendía, porque para mi la muerte era todavía eso que les pasa “a los otros”, nunca a uno. Y por eso él lo conversaba con humor. Entre risas me dijo:
- “Por lo menos una calle de Resistencia llevará mi nombre”.
Yo venía de un ambiente que valoraba a los antepasados ilustres, y todavía me faltaban algunos años para liberarme de esos mandatos, de manera que, también en tono de humor le expresé mi admiración:
- “Eso quiere decir que te recordarán como un prócer, no está mal, Flaco.”
(¿De qué otra manera dos amigos (de 25 y 29 años) podían referirse a la muerte, si no era gambeteándola de esa manera?. Hubiera sido imposible, y quizás innecesario para nosotros en ese momento darle la cara, hablar frontalmente de cosas tan dolorosas).
Pero Néstor se puso serio. Y con infinita paciencia y calidez me dijo: “Juan, a mi me interesa la vida. ¡De qué carajo me sirve un monumento!”.
Nos reímos. Y seguramente haya habido más palabras. No las recuerdo. Pero conservo en la memoria muchas cosas más de las que simplemente dicen esas palabras. Yo tenía 25 años y estaba escuchando una lógica que me emocionaba. La vida como pasión y razón, primera y determinante. A esa conversación y a ese espíritu vital he tratado de ser fiel toda mi vida, en la certeza de que si lo soy conmigo mismo y con la vida lo seré con el Flaco y con todos los compañeros que quise y respeté. Y también con la causa por la que, paradójicamente, se moría.
Dos años mas tarde, al Flaco lo mataron en Margarita Belén.
Aquí quisiera traer aquella incomparable síntesis de Russell: “Tres pasiones simples pero abrumadoramente fuertes han gobernado mi vida: el anhelo del amor, la búsqueda de conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad”. El Flaco estaba absolutamente enamorado de su “gorda”, Mirta Clara, que estaba presa en la misma Alcaidía. Hasta entonces, yo no había conocido en otra persona un amor tan fuerte. El amor del Flaco era un amor irrenunciable y predominante; así por lo menos aparecía ante nosotros. Pero este amor se parecía al que yo creía sentir por mi compañera. De manera que, además de sentirnos unidos en nuestro “anhelo de amor”, el Flaco me transmitía su compañerismo en algo que no era precisamente valorado en ese momento, porque parecía que no debíamos darle tiempo a esas “liberalidades”. La revolución debía imponerse al amor.

Y ayer, quizás influenciado por la poesía de Neruda: “… mi infancia son zapatos mojados…”, pensé en la fuerza que tuvo en mi juventud la figura de mi amigo el Flaco Sala, y me acordé de aquella frase de Saint Exúpery en Vuelo Nocturno: “Amigo mío, en tu presencia mi corazón se libera, y no tengo que estar simulando certezas ni seguridades….”.
Y lo lloré.
Posiblemente porque 30 años después, todavía me resulta muy difícil vivir vínculos de confianza, cariño y respeto que nos hagan sentir contentos, reconocidos, valorados. Vínculos que no pongan por delante la ideología, la esencia, los valores, sino que todo eso esté al servicio del hombre y de la persona. Y de su singularidad.
Con esa nostalgia (y esa esperanza) recuerdo a mi amigo el Flaco Sala.
La foto es de la compañera de Nestor, Mirta Clara, sentada a su lado, quien me la cedió.


[1] Federico De Klerk, presidente de Sudáfrica, Nóbel de la Paz en 1993 junto a Mandela.

domingo, 15 de mayo de 2011

Nuevo Encuentro de Mate y Debate

El pasado 14 de mayo todas las fuerzas pertenecientes al Nuevo Encuentro de Moreno nos juntamos en una verdadera jornada de participación y discusión, gracias a la cual, fuimos encontrando las coincidencias por encima de las diferencias y "todo lo que nos une".
Allí estuvimos:
EDE
PSOL
PC
EUP
BUM
y... obvio
Los Morenos!!!

lunes, 9 de mayo de 2011

El Chacho peñaloza


 
José Hernández desarrolla una investigación periodística sobre la muerte del Brigadier General Ángel Vicente Peñalosa, ocurrida el 12 de noviembre de 1863. En ella, ante las flagrantes contradicciones que va encontrando en las informaciones brindadas por el mitrismo y sus personajes, dirá (como Rodolfo Walsch en Operación Masacre): “Mienten unos?...¿mienten los otros?...¡mienten los dos!...”. Pero antes de la muerte, vean este suceso de nuestra Historia:
Después de Pavón, el Chacho levanta la bandera federal abandonada por Urquiza. Cabalga sin sombrero, ceñida la blanca melena con una vincha gaucha, seguido por cientos, y pronto miles de paisanos con sus caballos de monta y de tiro, y una media tijera de esquilar atada a una caña como lanza. De La Rioja a Catamarca, de Mendoza a San Luís, de Córdoba a San Juan, la montonera crece levantando voluntarios en marcha triunfal. En los Llanos, el caudillo es imbatible. Por eso, el gobierno nacional manda al sacerdote Eusebio Bedoya a ofrecerle la paz. El Chacho acepta complacido y se fija el paraje de La Banderita para el cambio solemne de las ratificaciones y de los prisioneros de guerra. El acude con sus tenientes y montonera en correcta formación. El ejército de línea, conducido por los jefes mitristas Rivas, Arredondo y Sandes -los dos últimos orientales-, rodean a Bedoya.

José Hernández narra la entrega de los prisioneros nacionales tomados por el Chacho. "¿Ustedes dirán si los han tratado bien?", pregunta éste. "¡Viva el general Peñaloza!", fue la única respuesta. 

Luego el riojano se dirige a los jefes nacionales: "¿Y bien, dónde están los míos?... ¿Por qué no me responden?... ¡Qué! ¿Será cierto lo que se dice? ¿Será verdad que todos han sido fusilados?"...

Los jefes militares de Mitre se mantenían en silencio, humillados; los prisioneros habían sido todos degollados sin piedad, como se persigue y se mata a las fieras de los bosques; las mujeres habían sido arrebatadas por los invasores... Al decir del joven periodista Hernández -testigo angustiado de las desdichas nacionales-, Bedoya y los propios jefes militares, conmovidos, sienten asco por haberse mezclado en la negociación....
Paisanos de Peñaloza prisioneros de los nacionales. Todos seran muertos a lanza, para ahorrar balas.

A principios del mes de noviembre de 1863 el capitán Roberto Vera de las fuerzas nacionales mitristas sorprende a un par de docenas de seguidores de Peñaloza. "Acto continuo se les tomó declaración", dice el escueto parte de su superior, el mayor Pablo Irrazábal: seis murieron pero el séptimo habló.... Irrazábal lo manda a Vera con 30 hombres al refugio del caudillo, donde lo encuentra desayunando con su hijo adoptivo y su mujer. 

El Chacho sale a recibirlo con un mate en la mano y, entregando su facón -en cuya hoja rezaba la leyenda "el que desgraciado nace / entre los remedios muere"-, le dice al capitán: "estoy rendido". Vera lo conduce a uno de los cuartos y le pone centinela de vista. Y le comunica el suceso a Irrazábal. El mayor no tarda en aparecer. Entra al cuarto y pregunta de un grito: "¿quién es el bandido del Chacho?". Una voz calma le contesta: "yo soy el general Peñaloza, pero no soy un bandido".

Inmediatamente, y sin importarle la presencia del hijastro y de doña Victoria Romero de Peñaloza, el mayor Pablo Irrazábal toma una lanza de manos de un soldado y se la clava en el vientre al general. Después lo hizo acribillar a tiros. Y mandó cortarle la cabeza y exhibirla clavada en una pica en la plaza del pueblo de Olta. Sarmiento, que nada deseaba más que esa muerte, le escribe a Mitre el 18 de noviembre: "...he aplaudido la medida, precisamente por su forma. Sin cortarle la cabeza a aquel inveterado pícaro y ponerla a la expectación, las chusmas no se habrían aquietado en seis meses".

Sin embargo Alberdi dirá:“Artigas, López, Güemes, Quiroga, Rosas, Peñalosa, como jefes, como cabezas y autoridades, son obra del pueblo, su personificación más espontánea y genuina. Sin más título que ese, sin finanzas, sin recursos, ellos han arrastrado o guiado al pueblo con más poder que los gobiernos. Aparecen con la revolución: son sus primeros soldados” (Alberdi, Juan Bautista. Los Caudillos. Colección Grandes Escritores Argentinos.). Por esta actitud de Alberdi, que estaba en Paris, y otras relacionadas con su repudio al tratado de la Triple Alianza, Alberdi también será declarado infame traidor a la patria.
Fuente: J M Rosa.
Juan Ricci

martes, 3 de mayo de 2011

Bebe Ricci En Sintonía, Radio Moreno Shoping Center FM 107.7

Los Morenos el 16 de octubre de 2010 lanza la candidatura del Bebe Ricci a Intendente de Moreno... luego, esta agrupación se incorpora a Nuevo Encuentro, frente liderado por Sabbatela.
¿Quién está siendo Bebe Ricci?
Escuchalo en diálogo con Andrea Noseda por Radio Moreno Shoping Center:

http://www.morenoradioweb.com.ar/2011/05/juan-bebe-ricci-en-moreno-referente-de.html

¿Quién es el Bebe Ricci?

¿Quién es el Bebe Ricci?
Una serie de capítulos donde Juan Eugenio "Bebe" Ricci nos cuenta de él.